Las cortinas se abren para dejar pasar la luz, o nos protegen de sus rayos para que podamos dormir un rato más, ver televisión o trabajar en la computadora. Pero también nos protegen cuando nos amortiguan los ruidos molestos, nos resguardan del frío, del calor, y aseguran nuestra privacidad.
Todos estos datos prácticos son los que debemos contemplar para que nuestra vida sea mucho más cómoda.
Asimismo, las cortinas pueden transformar completamente la atmósfera de un ambiente, con su infinita variedad de opciones: increíblemente suaves o rústicas, opacas o muy brillantes, lisas o estampadas, de inspiración clásica o con sistemas ultra modernos.
Del modelo que elijamos dependerá, en gran parte, que una habitación se vuelva etérea, formal, romántica, divertida, teatral o moderno.